«YO SOY LA IGLESIA» ¿Está bien dicho?

Últimamente he notado que muchos vienen repitiendo la idea de que cada uno es la iglesia de Dios. Esto cae muy bien a los que están buscando cualquier excusa para no congregar o no sujetarse debidamente a un pastor y a una iglesia local. Aunque también hay quiénes lo usan con buenas intenciones, igual es un error doctrinal.

Biblicamente, está mal usado el concepto «yo soy la iglesia» o «cada uno es la iglesia». Un creyente por sí solo no es la iglesia. La verdad es que cada uno somos sólo un miembro del cuerpo, esto es la iglesia en conjunto. Entonces lo correcto es decir «somos la iglesia o el cuerpo de Cristo».

Así que, la iglesia no es «cada creyente», sino que cada creyente es un miembro de la iglesia que es distinto, como podemos apreciar aquí:

«para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, SOIS el cuerpo de Cristo, y MIEMBROS CADA UNO en particular. Y a unos puso Dios en la IGLESIA…» (1 Corintios 12:27)

La palabra «iglesia» en sí, ya denota una «congregación». Este término significa «asamblea», se trata de un grupo de personas reunidas con un fin específico. La palabra iglesia, en el primer siglo, se usaba en relación a reuniones de personas para razones políticas o sociales. Luego, se adaptó el término a un aspecto religioso, para lo que hoy conocemos como la reunión de creyentes tal y como sugiere la doctrina bíblica cristiana.

Nunca la Biblia presenta a un solo creyente como la iglesia. No se debe confundir el término «templo del Espíritu Santo», que se refiere a la morada del Espíritu en 1 Corintios 6, en donde el apóstol también se está dirigiendo a una asamblea de creyentes en general, no a un solo individuo. El mismo autor lo confirma cuando escribe, en otra epístola de carácter más doctrinal, lo siguiente:

«Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino CONCIUDADANOS de los SANTOS, y MIEMBROS de la FAMILIA de Dios, EDIFICADOS sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien TODO el EDIFICIO bien coordinado, va creciendo para ser UN TEMPLO SANTO en el Señor; en quien VOSOTROS también SOIS JUNTAMENTE edificados para MORADA de Dios en el ESPÍRITU.» (Efesios 2:19‭-‬22)

Pedro confirma la concepción teológica correcta, acerca de la iglesia, cuando la compara a un edificio cuyo fundamento es Cristo y los miembros son, cada uno, una piedra que conforma el total de la estructura:

«Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, VOSOTROS también, como PIEDRAS VIVAS, sed edificados como CASA ESPIRITUAL y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.» (1 Pedro 2:4‭-‬5).

El mismo apóstol, versos más adelante, introduce la concepción de la iglesia como un pueblo santo adquirido por Dios.

Por donde lo veamos, la iglesia siempre es un colectivo de personas, jamás un individuo en sí mismo.

Por tanto, no se podría citar un solo versículo en donde el término o concepto de la iglesia se aplique a un solo creyente. Ello constituye un grave error teológico que lleva a muchos a una mala praxis. Tengamos cuidado.

Al inicio dejé un audio, sobre una serie podcast que estoy preparando sobre 1 Tesalonicenses, en el que explico algunos detalles sobre este tema. Reciban bendiciones en Cristo.

Deja un comentario

Ofrecido por WordPress.com.

Subir ↑