Según Santiago, debemos considerar tres cosas fundamentales si queremos ser maduros en nuestro carácter: (1) La enseñanza personal, esto es saber refrenarse o tener dominio propio; (2) El poder de nuestras palabras, esto es cuando nos dirigimos a otras personas ya sea para responder, enseñar o relacionarnos; y
“YO SOY LA IGLESIA” ¿Está bien dicho?
Biblicamente, está mal usado el concepto "yo soy la iglesia" o "cada uno es la iglesia". Un creyente por sí solo no es la iglesia. La verdad es que cada uno somos sólo un miembro del cuerpo, esto es la iglesia en conjunto. Entonces lo correcto es decir "somos la iglesia o el cuerpo de Cristo"