CUANDO LA CALMA IRRITA | Habacuc 1:2

Paráfrasis: «SEÑOR, te llamo y no respondes, ¿hasta cuándo seguirás así? Clamo a ti porque hay violencia, y no haces nada por salvar a los que sufren» (Hab.1:2 PDT)

Habacuc es muy breve. Tiene sólo 3 capítulos y 56 versículos de extensión, pero contiene grande y profunda enseñanza sobre Dios, su carácter, su obra y su plan eterno a través de su pueblo. Pertenece al grupo de la Biblia denominado «profetas menores». Tampoco se conoce mucho acerca de Habacuc, de su persona, aparte de lo que se menciona en su propio libro, y es muy poco. Pero aún así podemos percibir gran parte de su carácter y su espiritualidad, de lo cual también aprendemos mucho.

El profeta Habacuc vivió en una sociedad realmente injusta, y clamó a Dios por ello, pidiendo su justicia y castigo, pero parecía que Dios «no estaba escuchándolo». Por esto, este libro comienza con una queja muy seria contra Dios (1:1-2). Entonces, Dios le contestó pero no como él se lo esperaba: El Señor enviaría a los babilonios para que destruyera a la comunidad de Habacuc. Al enterarse, el profeta trata de seguir quejándose, pero termina por comprender y exaltar a Dios, componiendo uno de los cantos más hermosos que podemos encontrar en la Biblia.

Habacuc significa «abrazar«, parece que la intención de Dios, al legarnos este libro, es ayudarnos a encontrar la verdadera seguridad, a través del conocimiento exacto de su carácter y de su obrar. Cómo señala Dunning: «El abraza a su pueblo y lo ciñe con sus brazos, es decir, los consuela y los sostiene, como quien abraza a un niño que llora o a una persona para tranquilizarla con la seguridad de que, si Dios quiere, pronto estará mejor

Por otro lado, este libro procura responder a la pregunta: ¿Porqué permite Dios las injusticias? ¿Por qué los justos tenemos que sufrir? La única respuesta clara de Dios parece ser: Hay que vivir por fe (2:4). Un día todo tendrá sentido para nosotros. De eso se trata la vida de fe, no de lo que veamos o entendamos ahora, sino de a quién y en quién hemos creído, y de la seguridad de un mejor mañana en su presencia. (Heb.11:1)

Principios extraídos:

  1. El ministerio puede ser realmente frustrante para quien lo practica desde una perspectiva meramente humana. Por muy duro que parezca, el bienestar humano no es el propósito supremo en este mundo.
  2. Debemos tener cuidado de cuando nuestra oración se torna en queja y reprensión. Hay que mirar cada situación con los ojos de la fe. No limites tu mirada al momento.
  3. No culpemos a Dios por algo de lo que sólo el hombre es responsable. El amor de Dios se manifiesta de diferentes formas, y armoniza con todos sus demás atributos. No lo encasilles a tu forma de razonar las cosas. 
  4. No confundas las formas de Dios con pasividad. Él siempre está actuando. Y si no te agrada o no entiendes las cosas que ves, sólo confía en cómo es Él.

Bibliografía:

  • Miller, S. (2014). Habacuc, Libro de. En J. D. Barry & L., Diccionario Bíblico Lexham.
  • Lockward, A. (1999). En Nuevo diccionario de la Biblia.
  • Westendorf, J. J. (2002). Nahúm, Habacuc, Sofonías.
  • Dunning, R. H. (2010). El Libro de HABACUC. En Comentario Bíblico Beacon: Los Profetas Menores (5)
  • Barratt, D., Beaumont, M., Lalleman, P., Littledale, R., Reid, D., Stobart, A., & Williams, D. (2012). La Biblia, libro a libro. En M. Manser & G. Lelli (Eds.), J. C. Martín Cobano & L. Viegas (Trads.), Manual Bíblico Nelson.

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