¿Se requiere el bautismo para ser salvo? | Hechos 2:38, 1 Pedro 3:21, Colosenses 2:12

Unas de las preguntas que más se han realizado, a través de nuestras redes sociales, tienen que ver con el tema del bautismo. ¿Puede salvarme el bautismo? ¿Qué sucede con aquellos que mueren sin la oportunidad de bautizarse? ¿Si el bautismo no salva entonces para qué lo instituyó Jesús?

Estas preguntas no dejan de repetirse, y sobre todo ahora que existen varios grupos afirmando, por distintos medios de comunicación, que sin bautismo en agua nadie podría ser salvo realmente. En el presente artículo vamos a sustentar, de manera ordenada, los argumentos bíblicos que nos traen la convicción de que el bautismo no es un requisito para la salvación. Iniciaremos con analizar el punto desde una perspectiva doctrinal, y terminaremos por aclarar los pasajes más comunes que se usan para defender la salvación por bautismo.

ENFOQUE DOCTRINAL:

Lo primero que tenemos que considerar es que la doctrina bíblica nunca se determina por un sólo versículo y menos aislado de su contexto. Ni tampoco por una colección de versículos ordenados en forma lógica para que el autor tenga una aparente ilación de enseñanza.

Cuando se analiza la Biblia con una perspectiva meramente temática, se corre el peligro de que el intérprete la manipule según su manera de pensar. Por tanto, la Biblia tiene que estudiarse en forma expositiva, esto es libro por libro y en forma panorámica. Debemos apreciar la Biblia como un todo, y determinar la manera en que las doctrinas, que en ella han sido plasmadas, fluyen y progresan sistemáticamente y naturalmente.

Lo más importante al estudiar es partir con la convicción de que la Biblia no se contradice. Así que, cuando encontremos un versículo oscuro, que aparentemente contradice a otros versículos, debemos someter su interpretación a la luz de los pasajes claros, los que están bien definidos, y seguir la dirección de las epístolas doctrinales que han sido dadas para instruirnos.

Así, por ejemplo, cuando leemos las muchas veces en que Pablo afirmó que la salvación es enteramente por gracia y “sin obras”, no podemos entonces tomar un versículo que esté diciendo (aparentemente) que las obras salvan, para intentar desmentir los pasajes claros. Lo que se tiene que hacer es cambiar nuestra comprensión de ese versículo a la luz de su propio contexto y del hilo doctrinal de la Biblia.

Y es así que nosotros creemos, a la luz del estudio sano de los escritos bíblicos, que el bautismo no es un medio de salvación, por el contrario, sólo se bautizan los que ya han sido salvos por haber entregado sus vidas a Cristo Jesús. A continuación, paso a explicar todo esto en orden:

1. LA SALVACIÓN POR BAUTISMO CONTRADICE LA BIBLIA.

Si aceptáramos que el bautismo salva, tendríamos que aceptar también que la salvación es por obras, es decir, a través del esfuerzo o mérito personal, o también por medio de ceremonias o rituales. Pero eso contradice las claras enseñanzas de la Biblia, que nos aseguran que la salvación no es por obras sino por la gracia de Dios. Así que, jamás podríamos alcanzar la salvación por medio de nuestro propio esfuerzo. Veamos sólo algunos versos:

  • sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.” Gálatas 2:16
  • Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:4-5)
  • Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9)
  • por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Romanos 3:23-24)

2. EL AGUA NO TIENE EL PODER PARA QUITAR EL PECADO.

Antes también he recibido la siguiente pregunta: ¿El agua del bautismo limpia mis pecados? Incluso hemos escuchado a algunos decir que cuando alguien se bautiza debe hacerlo en un río para que “el agua se lleve sus pecados”. Es interesante las cosas que podemos decir cuando ignoramos las Escrituras.

Absolutamente no. El agua es ineficaz para limpiar los pecados. La Biblia establece que ningún elemento o agente físico o natural pueden quitar los pecados: “Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor” (Jeremías 2:22); “porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Hebreos 10:4)

El agua no tiene ningún poder para quitar o limpiar los pecados. Lea con atención: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” (Hechos 10:47); Aquí vemos que los gentiles ya habían recibido al Espíritu Santo antes de bautizarse en agua.

La persona que se bautiza ya ha sido limpiada antes de sus pecados por la sangre de Cristo: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11) En el contexto de esta carta, Pablo les había dicho que no había bautizado a ninguno de ellos.

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9)

3. USEMOS EL SENTIDO COMÚN EN LAS ESCRITURAS:

  • Consideremos el ejemplo del ladrón en la cruz, que fue salvo en el momento de creer sin necesidad de bautizarse: Lucas 23:42-43.
  • Consideremos a los salvos del Antiguo Testamento; por ejemplo Abraham, fue justificado por la fe sin obras, sin bautismo en agua: Romanos 4:1-4.
  • Consideremos también, el hecho de que Pablo no le dio mucha importancia al asunto del bautismo; si éste fuera realmente necesario para salvar a la gente, Pablo, quién era un apasionado por la salvación de las almas, lo hubiese tenido como prioridad, pero no, su prioridad era predicar a Cristo y que todos creyesen en él por la fe.
  • Leámoslo en las palabras del mismo Pablo: “Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1 Corintios 1:14-18)

En este último pasaje vemos claramente que el concepto de “predicar el evangelio para salvar a las almas” dista mucho de la idea de un bautismo necesario para salvar. Pero si el bautismo fuese necesario para la salvación, como muchos dicen, ciertamente Pablo no lo hubiera podido desligar, de ninguna manera, de su labor evangelística. En otras palabras, Pablo hubiese bautizado al mayor número posible de personas para asegurar su pronta salvación, ya que esa era su prioridad. (1Co.10:33)

ENFOQUE HERMENÉUTICO:

En esta sección vamos a responder los argumentos que comúnmente se usan para enseñar que la salvación es por medio del bautismo. Tomaremos los tres versículos más usados para ese propósito, respondiendo según el contexto del pasaje y de todo el libro de donde se extrae.

HECHOS 2:38

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Alguien una vez usó este verso para refutar un artículo mío, escribiendo más o menos lo siguiente: “Como verá el verso dice que para ser salvo uno tiene que creer y bautizarse. De manera que, si no te bautizas no puedes: (1) recibir perdón de los pecados, y (2) tampoco puedes recibir el don del Espíritu Santo. Así que, el bautismo sí salva.

En realidad, si lo vemos vagamente, el verso sí parece estar sugiriendo eso. Pero se están pasando por alto muchos principios de interpretación. Por ejemplo:

  • No se está tomando en cuenta la transición dispensacional.
  • No se observa a qué grupo de personas básicas se está dirigiendo Pedro.
  • Se está formulando una doctrina fundamental en base a un verso sin contexto.
  • No se puede usar un verso para contradecir muchos otros que son bastante claros.

Pero para no extendernos demasiado, vamos a responder con una contundencia bíblica. Así que, si vamos capítulos más adelante, encontraremos nuevamente a Pedro predicando el evangelio de salvación (Hechos 10:34-48). Esta vez les predicó a gentiles (en el capítulo 2 estaba tratando sólo con judíos). Aquí encontramos por lo menos tres evidencias contundentes de que el bautismo no salva. De esta manera, se refuta por sí sólo el argumento anteriormente usado para decir lo contrario:

  1. En su predicación, Pedro no menciona para nada el bautismo para el perdón de pecados, sino sólo la fe en Cristo. Leamos con atención: “Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:42-43). Como vemos no hay requisito de bautismo previo para salvación.
  2. El pasaje nos cuenta que, mientras Pedro aún predicaba, el Espíritu Santo cayó sobre los oyentes que en ese momento habían creído: “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.” (Hechos 10:44-45). Vemos claramente que los gentiles recibieron al Espíritu mucho antes de ser bautizados en agua. Queda refutado el argumento que dice que para recibir al Espíritu uno tiene que bautizarse en agua primero.
  3. Pedro aclaró que ellos ya habían recibido el Espíritu Santo sólo con creer. El bautismo vino como consecuencia de esto, no al revés: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” (Hechos 10:47). EL BAUTISMO EN AGUA SE HIZO DESPUÉS DE HABER RECIBIDO AL ESPÍRITU SANTO.

CONCLUSIÓN: El bautismo en agua no es necesario para recibir perdón de pecados ni el don del Espíritu Santo. El bautismo es una identificación con Cristo que uno realiza después de haberse entregado a él por la fe. Así que, el bautismo es posterior a la salvación, no un requisito para obtenerla.

1 PEDRO 3:21

El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo

Son muchos los que creen tener una irrefutable prueba bíblica de que el bautismo realmente salva en este versículo. Vamos a responder a esto, mostrando los claros errores que se han cometido para defender esa postura. Y luego, daremos la correcta interpretación.

1. EL ERROR DEL CONTEXTO:

Los que defienden la postura de que el bautismo salva, no se toman el tiempo de estudiar seriamente el pasaje completo. Es más ni mencionan el versículo completo. Al parecer, sus lentes teológicos sólo alcanzar a leer “el bautismo… nos salva”. Pero basta con leer el verso completo para darnos cuenta que no es eso lo que está diciendo y mucho más si estudiamos todo el pasaje.

2. LA FALTA DE ÉTICA:

Los que usan 1 Pedro 3:21 para decir que el bautismo salva: (1) Jamás demuestran que Pedro se está refiriendo al bautismo en agua. (2) Ponen exceso de énfasis en las palabras “nos salva” a propósito, descuidando al mismo tiempo todo el pasaje. (3) Dividen el verso a la mitad hasta donde les conviene, eliminando así la parte más importante para la correcta interpretación. Nunca se debe quitar una frase de un verso para sustentar o defender una doctrina, las doctrinas tienen que fundamentarse en el estudio sistemático y ordenado de los pasajes completos de la Biblia.

3. ANÁLISIS CORRECTO EL TEXTO:

Si observamos el verso completo y sus detalles nos percatamos de lo siguiente:

a. El verso inicia diciendo: “el bautismo que corresponde a esto”. Aquí rápidamente nos damos cuenta que no dice “el bautismo en agua”. En la Biblia hay diferentes tipos de bautismos: El bautismo que significa simplemente “muerte”, el bautismo que implica “juicio” o “sufrimiento”, el bautismo juanino, el bautismo del Espíritu Santo, la muerte y resurrección espiritual de los creyentes, o la ordenanza del bautismo en agua con la autoridad de Cristo. Así que, es un error interpretar la palabra bautismo como “la ordenanza del bautismo en agua” cada vez que aparece en un verso. No debemos hacerlo a la ligera sino analizarlo a luz del contexto en donde la encontramos.

b. En segundo lugar, la frase complementaria “que corresponde a esto”, rápidamente nos indica que el bautismo mencionado está en relación estrecha con lo dicho anteriormente. Esto quiere decir que podemos saber de inmediato a qué bautismo se refiere el autor, porque él mismo nos ha dado las pistas en frases anteriores. Por esto, es sumamente importante entender cada palabra, frase y versículo dentro de su propio contexto. Entonces ¿Qué nos comunicó el autor en versos anteriores? Pues lo siguiente: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad MUERTO en la carne, pero VIVIFICADO en espíritu”. Claramente se refiere a la muerte y resurrección de Jesucristo.

c. Luego, si usted se da cuenta, hay un paréntesis a la mitad del versículo. Los defensores de la salvación por bautismo sólo llegan hasta la apertura de este paréntesis obviando la parte más importante para entender el verso. Así que, tomando en cuenta este detalle, voy a enumerar tres puntos por los que este versículo no está enseñando que la ordenanza del bautismo nos salva:

  • Porque el escritor mismo, como para que no le malentiendan, agrega lo siguiente: “no quitando las inmundicias de la carne“. Dando a entender que éste no es un bautismo físico (de lavamiento con agua) sino espiritual, es un bautismo que nos compromete internamente a vivir con limpia conciencia.
  • Porque Pedro había puesto esta frase (“no quitando las inmundicias…”) sólo para aclarar que no se trata de un bautismo físico, de limpieza. Y es que los judíos creían esto, y Pedro estaba tratando con judíos (1:1), los cuales creían en la “doctrina de bautismos” que en realidad tienen que traducirse o entenderse como “abluciones”, estos eran lavamientos del cuerpo con agua (efectuado primariamente por los sacerdotes antes de entrar al templo) y todo aquél que se acercaba al templo también tenía que lavarse, además tenían todo tipo de rituales para el lavamiento de manos, y otras partes para distintos usos.
    Por esto mismo, el escritor de Hebreos cita esto a sus lectores que son, valga la redundancia, “he-bre-os” (judíos), observemos: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la DOCTRINA DE BAUTISMOS…” (He.6:1-2). Estas eran enseñanzas del AT combinadas con dogmas de la comunidad judía. El escritor tiene que señalar que todo esto era nada más los rudimentos, señala que las primeras cosas sólo les llevaban a lo perfecto. Es decir que las cosas del antiguo pacto sólo les guiaban a Cristo. Una vez en Cristo no es necesario guardarlas ni menos ponerlas como vía de salvación. Pero eso es precisamente lo que están haciendo hoy los defensores de la salvación por bautismo.
  • Según las reglas de la gramática, nosotros podemos quitar lo contenido dentro de un paréntesis para seguir leyendo la ilación del texto y así entender lo que el escritor realmente quiere decir. Así que, si aplicamos esta regla al texto de 1 Pedro 3:21, encontramos que lo que Pedro ha dicho realmente es esto: “El bautismo que corresponde a esto ahora NOS SALVA POR LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios...”.
  • Pedro entonces se refiere a un bautismo espiritual, ejemplificado o simbolizado por los que fueron salvados en el arca, el bautismo espiritual consiste que el juicio divino pasó sobre nosotros pero no sufrimos ningún daño, somos sumergidos en las aguas de la muerte (muertos con Cristo) y finalmente salvos por su resurrección (resucitados con Cristo), y vaya que con esto si concuerda toda la revelación doctrinal de la Biblia.

CONCLUSIÓN: El texto de 1 Pedro 3:21, no se refiere a la ordenanza del bautismo en agua sino al bautismo de la muerte de Cristo, es el juicio de Dios que cayó sobre Jesucristo y de esta manera somos salvos al estar revestidos de él, pues Cristo no sólo murió sino que resucitó venciendo a la misma condenación. Pedro nos confirma esta interpretación, ya que, en la ilación de su escrito, continúa diciendo: “Puesto que Cristo ha PADECIDO por nosotros EN LA CARNE, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha PADECIDO en la carne, terminó con el PECADO, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.” La idea de Pedro era llevarnos a morir a nosotros mismos, habiendo sido capacitados para ello por Cristo, él no ha querido enseñar una doctrina que diga que el bautismo en agua nos salva. No caigamos en este grave error sólo por no analizar con cuidado un pasaje.

COLOSENSES 2:12

Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

Este es otro de los versos usados para decir que el bautismo en agua salva. Pero, como podrán notarlo, Pablo está hablando del bautismo en el sentido espiritual, del bautismo real no de la representación. Es fácil darse cuenta de ello con leer el verso anterior en la que Pablo expresa: “En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo” (v.11). Como ven, al seguir la ilación de Pablo, nos percatamos de que él está hablando de una circuncisión, pero “no hecha a mano”, y esto se refuerza al considerar la frase de complemento: “al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal”, y añade: “en la circuncisión de Cristo”. Nuevamente, está hablando de la identificación del creyente con Cristo. La circuncisión de Cristo no puede ser de aspecto físico porque ya vimos que Pablo se oponía a ello. Es un sello, una circuncisión espiritual ¿A qué se refiere? al perdón de Cristo: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,” (v.13).

Según el contexto, los maestros legalistas estaban obligando a los gentiles a guardar la ley y judaizar. Esto era identificarse con Moisés y el Antiguo Pacto a través de rituales como la circuncisión y otras ordenanzas. Pero Pablo les está diciendo que ellos ya están identificados con Cristo, y por ello no deben preocuparse por lo externo. Puesto que Dios ha comenzado en ellos su obrar, y ahora seremos semejantes a Cristo. Así que, el énfasis debe ponerse sobre lo espiritual no sobre lo carnal o terrenal.

Me gusta como lo explica Porter, en relación con Colosenses 2:12 – “La palabra bautismo tenía varias acepciones en la literatura del tiempo de Pablo. Originalmente, se utilizaba en el oficio de tintorería, para denotar el proceso de meter alguna tela en la tinta varias veces para cambiarle color. El resultado del bautismo era que éste y la tela se hacían iguales, idénticos, de tal manera que en adelante, ya no se podía pensar en la una sin pensar en el otro. Así fue como la palabra se empezó a utilizar para significar identificación. La oración que estamos estudiando tiene más sentido si la traducimos con ese vocablo. Es por ella que fuimos sepultados juntamente con él. En Romanos 6:4–10, el apóstol alude a la misma verdad: estamos muertos al pecado, porque nos hemos identificado con el Salvador y estamos vivos para Dios (Romanos 6:11).” (Porter)

Como vemos, en el pensamiento de Pablo, el creyente estaba plenamente identificado con Cristo tan sólo por el creer con fe. Pablo usa mucho el término bautismo por la profundidad que esa palabra significa y lo fácil que era de entender para las personas de su momento. Sin embargo, en la actualidad la mayoría, cuando leen “bautismo”, sólo entienden un “meterlo al agua”. Por eso tanta confusión, y cuantos siguen creyendo que Pablo está enseñando que uno se salva por seguir el ritual de la ordenanza en agua.

Qué diferente es analizar estas palabras según el contexto en la que han sido empleadas. En Romanos 6, la identidad del creyente le lleva a un plano de victoria sobre los pecados mundanales. En Gálatas 3, su identidad le hace vivir en libertad de la opresión religiosa. Y en Colosenses 2, dicha identidad le hace saberse y luego sentirse completamente perdonado. El creyente es completo en Cristo, es libre y es victorioso, para que ahora pueda ser un testimonio externo de la gracia de Dios en Cristo para todos los que le rodean, no sólo por la ceremonia de iniciación sino por la misma calidad de vida que desprenden de su nueva identidad en Cristo.

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3 comentarios sobre “¿Se requiere el bautismo para ser salvo? | Hechos 2:38, 1 Pedro 3:21, Colosenses 2:12

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  1. Bendiciones pastor Jonatan , estoy congregando ya un año en cañete ,y me piden a bautizarse y casarme , estoy confundido con su enseñanza pastor .

  2. pastor seria bueno un post sobre la soteriologia del antiguo testamento, yqa que muchios calvinistas afirman que en las dispensacion de la ley la salvacion era por obra.
    bendiciones en cristo jesus.

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