Pablo concluye su pensamiento diciendo: "ni Cristo se agradó a sí mismo". Toda la vida de Jesús giró en torno a agradar a otros: Agradar al Padre, traer bendición al mundo entero, proveer edificación permanente a Su iglesia. De esta misma manera, todo hijo de Dios debe anteponer la edificación de otros sobre su propio agrado.
PERSIGUIENDO LA EDIFICACIÓN | Romanos 14:19
La paz y la edificación mutua son escurridizas, difíciles de atrapar. Debemos poner todo nuestro esfuerzo en conseguirlas. Hay cosas que no ayudan para la mutua edificación. Debemos ser lo suficientemente maduros y atentos para discernir y perseguir